Después de la gran fiesta que hemos organizado y a la que han acudido amigos de todo el mundo, quiero daros las gracias por ello, seguía yo tumbada en mi hamaca con mi refresquito y viendo como los niños van y vienen jugando con las olas, haciendo castillos de arena, o simplemente tumbados al sol, me puse a pensar, ya que como sigo siendo una estrella de mar y piernas no tengo, pues pienso; y me dije a mi misma: ¿Cuantas decisiones importantes he tomado en mi vida?
Y me vino a la memoria uno de esos momentos, la decisión de tener o no tener hijos.
Me sitúo en el año 1992 y debido a una serie de circunstancias con mi salud estábamos en el médico mi marido y yo. El doctor nos planteó una pregunta:
¿Queréis tener hijos?- Nos dijo-
Y contestamos – Si, nos habíamos planteado tenerlos en algún momento de nuestra vida, pero sin fecha prevista-
El continúa hablándonos de cuál es la situación y de repente nos dice: -Si es así el momento tiene que ser ahora, en el plazo de seis meses, o nunca. Lo tenéis que decidir ya -
Nos deja unos minutos a solas yo miro a mi marido y él a mi mientras nos pasa por la cabeza miles de cosas, es una decisión muy importante que tenemos que decidir en unos minutos, sonreímos y volvemos a decir por segunda vez en nuestra vida “Si quiero”.
Salimos de la consulta contentos, pero por mi parte con un poco de miedo a lo desconocido, a lo que puede ser y a lo que te has tenido que plantear en segundos. La decisión de traer un hijo a este mundo pienso que tiene que ser meditada y responsabilizarte de lo que vas a hacer.
Poco a poco la ilusión fue creciendo en mi, pensando en ese ser que aun no era, pero que en mi imaginación empezaba a crecer, ya le dibujaba una cara, un cuerpo, unas manitas diminutas y unos piececitos que podían entrar en la palma de mi mano. Ese pensamiento hacía que quisiera hacerlo realidad.
Los meses pasaban y ese deseo se acentuaba, hasta que en el último mes de plazo recibí la buena noticia de que estaba embarazada, fue un cúmulo de sensaciones, tenía ganas de llorar, de reírme, la responsabilidad empezaba a asomar su carita y me sentía la mujer más especial de este mundo. Quise que todos los seres queridos de mi alrededor sintieran lo mismo que yo, que una de las decisiones más importantes de nuestra vida iba a dar su fruto.
La alegría que se respiraba en mi casa se masticaba, era como si el aire oliese diferente, la luz fuera más intensa y los sonidos más placenteros.
La sorpresa de una vida nueva no quedó ahí. Fuimos al médico a hacerme mi primera ecografía, y cuando estaba en ello, le llamaron por teléfono y él ,muy amable, le dijo a la enfermera: - Haga el favor de poner una silla a este señor que ahora vengo y les cuento-
Mi marido, muy inquieto como siempre, al oír eso miró la pantalla y me dijo: -Yo no entiendo muy bien cómo va esto, pero veo dos puntos que se mueven al mismo ritmo - Nos reímos un rato mientras llegaba suponiendo mil y una cosas. Como nunca habíamos visto una ecografía, no sabíamos lo que significaba, pero cuando llegó el médico nos sacó de nuestras dudas, esos dos puntos eran dos corazones que latían acompasadamente, los pude oír y ver, por eso lo de la silla, no vaya a ser, como nos dijo el médico, que al hombre le dé un patatús por la noticia.
No nos lo podíamos creer,¡¡ Iba a traer dos niños a nuestro mundo !!
Casi no podía pensar, sonreía y sonreía, en mi interior empezaron a surgir unas hormigas que me comían por dentro, respiraba muy fuerte y la euforia hizo eco en todo mí ser. Cuando salimos de allí quería gritarlo al mundo, quería compartir mi dicha, quería que sintieran lo que yo sentía, en definitiva quería que una de las decisiones más importantes de mi vida la conocieran todos.
Casi no podía pensar, sonreía y sonreía, en mi interior empezaron a surgir unas hormigas que me comían por dentro, respiraba muy fuerte y la euforia hizo eco en todo mí ser. Cuando salimos de allí quería gritarlo al mundo, quería compartir mi dicha, quería que sintieran lo que yo sentía, en definitiva quería que una de las decisiones más importantes de mi vida la conocieran todos.