Gracias por seguirme

viernes, 24 de febrero de 2012

¿Perder el tiempo? No hay tiempo de perder el tiempo.



Hay etapas en tu vida que estas “desinflada”, como si un día fuese el calco del otro, y así sucesivamente. Acaba la semana y miras hacia atrás y piensas:


- ¿Qué he hecho esta semana? Y te respondes a ti misma que nada, has dejado pasar los días sin hacer nada, sin sentir nada, por lo tanto sin vivir nada, has desaprovechado el tiempo y a medida que pasan los años más me fastidia tener esta actitud.
Seguro que si miramos hacia atrás todos hemos tenido etapas de este tipo, que cuando pasan, dices: “Que manera de perder el tiempo”.

Cuando tu mente divaga por campos estériles, sin saber muy bien dónde dirigirse y sin pensamientos claros 
“Es perder el tiempo”.

Cuando tu cuerpo dice sal y no lo haces “Es perder el tiempo”.

Cuando queremos sentir y no lo hacemos “Es perder el tiempo”.

Cuando intentas hablar y no lo haces “Es perder el tiempo”.

Cuando dejas apartados tus sueños siempre
“Es perder el tiempo"

Cuando miras las manecillas del reloj una y otra vez 
“Es perder el tiempo”

Cuando pensamos que estamos perdiendo el tiempo 
“Es perder el tiempo”

Cuando piensas en el presente, este no existe, porque cuando lo estoy haciendo, ya es pasado “Es perder el tiempo”.


Yo quiero buscar la fórmula de ganarlo, quiero encontrar ese tiempo, el que he dejado perder, nunca va a volver, pero quiero “No volver a perder el tiempo”

Quiero tener mi mente clara por campos fructíferos, salir cuando mi cuerpo lo requiera, quiero sentir, que se me escuche, quiero soñar siempre, y no volver a mirar un reloj jamás, quiero pensar que el tiempo existe y que le estoy ganando la batalla, y disfrutar el ahora ganado a ese temido tiempo.

Podemos reflexionar en esos tiempos perdidos durante nuestra vida y decir “Nunca más”


martes, 14 de febrero de 2012

Un año en la memoria

Acaba de pasar mi primer año en esta andadura, empezó como un juego y pensé que duraría unos meses y luego lo dejaría.

Quien me lo iba a decir que durante este año el hueco tan grande que tenía en mi vida se iba a llenar de esta manera, y no solo por el hecho de escribir, que como bien sabes, nunca me lo había planteado, sino por las personas que me he encontrado poco a poco y que me han aportado tantas cosas. ¿Quieres saber lo que me aportas? Si tú, la persona que en algún momento has pasado por mi casa.

1-Confianza en mí misma. Con tus primeros  comentarios, me diste fuerza para seguir contando mis pequeños recuerdos.

2-Saber que puedo aportar algo más a este mundo. Servido en pequeñas dosis llamadas palabras.

3-Acercarme a ti. Algo que jamás podría haberlo hecho si no fuera por este medio tan particular.

4-Llenarme de tu vida. Como yo intento llenarte de la mía. Es un intercambio de sentimientos.

5- Saber que estás ahí. Y que en cualquier momento puedo ir a tu casa simplemente a darme una vuelta, a contarte algo o a quedarme en un rincón leyendo tus cosas.

6- A reírme contigo. Ya sea por tus escritos, tus comentarios o por algo que ha pasado.

7- También a llorar. Porque muchas veces esas palabras unidas que forman frases, me llegan hasta dentro y brotan lágrimas en mis ojos al leerte.

8- Compartir premios que he recibido. Aun no dejan de asombrarme, siempre creo que no me los merezco.

9- Recibir tu cariño. Lo siento en cada palabra amable, en cada gesto que me imagino cuando lo escribes.

10- Dibujar una sonrisa en mi cara. Ya sea cuando leo tus comentarios, como cuando leo lo que escribes. Y sabes que es lo que más me puede gustar en este mundo. SONREÍR.

11- Llenar mis horas. Para mí las 24 horas del día eran demasiadas, siempre me sobraban unas cuantas, no encontraba como llenarlas cuando mi mundo se vino abajo.

12- Recibir consejos. De cosas que mi mente no es capaz de asimilar o bien por ignorancia o por desinterés del tema.

13-Me has aportado conocimiento. Siempre he aprendido cosas nuevas, me ha interesado absorber tus conocimientos.

Podría seguir diciendo muchas cosas más, pero he querido que sean doce mas una. Una por cada mes del año que llevo aquí mas una extra por los momentos de decaimiento.

Mi primera entrada la llamé “HOY ES MI PRIMERA VEZ” con un relato muy corto, sin saber muy bien cómo hacerlo, sin saber a que me afrontaba, SIN SABER.

Me gustaría dejarlo de nuevo aquí como homenaje a esa primera vez, y a todos esos miedos que me dieron cuando lo estaba escribiendo.

Gracias a ti por estar, por ser, por escuchar, por leerme, por sentir y aportarme una de las cosas buenas que me han pasado en este año.

Hoy es mi primera vez


Siempre hay una primera vez para todo, hoy comienzo una nueva aventura en la vida, crear mi primer blog, dedicado a las personas como yo, nacidas en estos años 60, yo soy del 64, casi a mitad de la década.

Nací en un año especial para mí, ya que fue el que me vio nacer, ese día se firmo el Derecho de la Unión Europea, así que ya nací con unos derechos que las generaciones anteriores no tenían, por eso debe de ser un privilegio, continuando con algo mas mundano, nació la minifalda, creada por la diseñadora Mary Quant,  era todo un reto en nuestra España del 64.
Si quereis acompañarme en esta aventura, espero que sea interesante para todos. Gracias

lunes, 6 de febrero de 2012

¿Recuerdos en papel o digitales?



Las fotos forman parte de nosotros desde pequeños, hemos ido plasmando nuestra vida en pequeños recortes de papel, las hemos ido colocando en un álbum  cronológicamente, primero en blanco y negro, después en color y ahora en ordenador.
Yo tengo muy pocas fotos de cuando era pequeña, antes se hacían solamente cuando había algo especial en la familia, una boda, una comunión, o algún
acontecimiento que mereciera la pena recordar.
Mis padres no tuvieron una foto de su boda, en aquella época era muy raro que alguien pagase tanto dinero como costaba por hacerse una, así que yo no tengo recuerdos de mi familia plasmado en papel. Solo tengo recuerdos de esos momentos por lo que me han contado directamente.

Abro mis álbumes de fotos y veo las primeras en blanco y negro con personas que ya no están en mi vida por diferentes motivos, las cojo en mis manos y emanan un olor especial, a antiguo, a sabor de antes, incluso el tacto del papel es grueso, mate, y algunas de ellas tienen un marco alrededor blanco con picos, como si de una puntilla se tratase. Son fotos de mi niñez, muy pocas como he dicho, de personas de mi familia, de mis abuelos, mis tíos, primos…De algún viaje en el colegio, con mis compañeros.
Continúo con mi inspección por mi vida y ya empiezan a aparecer fotos en color, tengo algunas hechas antes por fotógrafos, como las de mi comunión. Pero las que he hecho yo en color son de cuando empiezo a ser una pollita como me decían en mis tiempos, es decir mi adolescencia. Tampoco son muchas, cumpleaños, alguna excursión y fotos por acontecimientos familiares.
A medida que voy creciendo aumenta el número de las fotos, haciendo que mi álbum crezca enormemente. Me he hecho una forofa de ellas, y siempre que puedo hago unas cuantas. Aparece en mis manos en estos tiempos una cámara instantánea, la revolución del momento, te salían las fotos al minuto de hacerlas, era toda una novedad, aunque el coste de cada foto era tremendo.
Esta exposición de mi vida plasmada en papel sigue creciendo de manera considerable con el nacimiento de mis hijos. Hice muchísimas, no quería que les pasase lo que a mí, quería que tuvieran un recuerdo de todos sus momentos de niñez.
Vuelvo a sacar algunas de ellas, pero su tacto ya es diferente a las primeras que conservo, el papel es distinto, tienen un aspecto satinado y tengo de todos los tamaños.
Disfruto mirándolas, recordando el momento en que se hicieron, saboreando esos momentos y sonriendo al mismo tiempo. A veces te sigue entrando una añoranza tremenda, porque sigues viendo que faltan personas que ves reflejadas en estos papeles memorables.

Hace unos 10 años la revolución digital me visitó sin avisar, compramos una cámara que podía hacer cientos de fotos sin necesidad de revelarlas para verlas, se descargaban a un ordenador y las conservaba ahí. La novedad fue total, y mi viejo álbum de fotos se cambió por un disco duro. De vez en cuando reviso unas cuantas, esta vez dando a la tecla.
Tengo miles de fotos digitales, estas no las puedo tocar, ni oler, ni percibir sus tamaños, a no ser que las imprima. Quizás me guste más coger esos pequeños recortes de papel y sentirlos entre mis manos, es como si esa fotografía quedara más marcada en mi mente por el simple hecho de sentirla.
       
Toda mi vida está ahí, viendo cómo pasa el tiempo, convirtiéndome en una espectadora de mis propios cambios y siendo consciente de las huellas que han dejado impresas en mí.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...